viernes, 21 de mayo de 2010

EL LADRON



El caminaba, con la tranquilidad posible,
era un día normal, como todos los días,
sin embargo, lo que le esperaba era incontenible,
pero el siempre estuvo preparado para lo que venía

El yerro no existía en su diccionario,
el positivismo era algo a lo que acostumbrado estaba
y si bien no fue solo un adversario
el se las olía, todo era cuestión de calma.

Y así empezó, el primer toque, era de esperarse
pero no se aturdió ante nada
pese a que por el
momento desprevenido se encontrase
siempre se mantuvo con una postura centrada

Eran ellos, gente de la vida fácil
que vieron en él una presa clara
él, en una acción ágil
no dejó que la mente se le nublara.

A los ojos los miró, con una mirada desconocida
ojos, a los que se les notaban aturdidos,
pero él en un acto muy suicida
no se dejó amilanar por ellos, los bandidos.

Lo venían siguiendo, desde el momento lo ficharon
pero él sin
nadie que a su alrededor lo oriente
decidió dejar de lado lo calmado
tomó un gran respiro e hizo al problema frente

primero fue la gran lacra, aquella que todo lo inició
y al ver que fue más fácil de lo pensado
con la segunda lacra siguió,
para salir, por fin, del problema “librado”.

Y así se fue nuestro héroe, con un gran entusiasmo por fuera
pero con una gran duda sobre un posible futuro
y aunque vencer, por el momento, pudiera
desconcertado quedó, no del todo seguro.

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